Con una ceremonia en el Palacio de La Moneda y actividades en diversos lugares del país, Chile recuerda hoy a las víctimas del golpe de Estado contra el gobierno de la Unidad Popular, perpetrado hace 52 años
El 11 de septiembre de 1973, el ejército, con el apoyo de la oligarquía, partidos políticos de derecha y el aval y financiamiento de Estados Unidos, puso fin a un proceso de transformaciones encabezadas por el presidente Salvador Allende.
Durante la asonada, el mandatario y varios de sus colaboradores perdieron la vida y se abrió un período de represión que, durante 17 años, dejó más de 40 mil personas detenidas, ejecutadas extrajudicialmente y torturadas, sin contar a unos 200 mil exiliados.
Con motivo de la efemérides, en el Patio de Los Naranjos de La Moneda, el presidente Gabriel Boric encabezará un acto junto a organizaciones defensoras de los derechos humanos, representantes de la sociedad civil, autoridades del Gobierno y el Estado.
También se realizará una romería en el frontis de la Universidad de Santiago de Chile y una marcha al Estadio Nacional, convertido en campo de concentración durante los primeros meses del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990).
Otras actividades tendrán lugar en sitios de memoria, como Villa Grimaldi y el centro de detención y exterminio Regimiento Puente Alto, así como un velatón en Plaza El Ancla, de la población Juan Antonio Ríos de la comuna de Independencia.
Durante el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Allende, concluyó el proceso de nacionalización del cobre y otros recursos naturales del país, así como la reforma agraria, iniciados en administraciones anteriores.
En la esfera social, mejoró notablemente el área de la salud con la ampliación de recursos y la atención a buena parte de la población antes excluida de estos servicios.
Fundamental fue la distribución de medio litro de leche diaria a cada niño, para combatir la desnutrición infantil y mejorar el desarrollo de los menores de 15 años.
Estas transformaciones incrementaron la aversión de Washington y la oligarquía chilena hacia el Gobierno, quienes propiciaron el sabotaje económico y otras medidas para crear carestía y malestar entre la población, en un intento de justificar el Golpe.
El Maipo/PL