El fallecimiento de niños y adolescentes a causa de heridas por armas de fuego mantiene una tendencia al alza en Chile desde 2017, denunció la Defensoría de la Niñez.
Anuar Quesille, encargado de ese organismo, aseguró que los menores se están quedando sin barrios, ya no tienen un lugar dónde hacer deporte o divertirse sin miedo a que los maten.
Esta semana un niño de 11 años perdió la vida al recibir varios impactos de bala mientras veía un partido de fútbol en el municipio de Peñaflor, del suroeste de la ciudad de Santiago.
Dos días después un adolescente fue herido frente a su vivienda en la comuna de Huechuraba, al norte de esta capital, cuando trataba de escapar de una riña.
De acuerdo con las estadísticas, en 2024 murieron 51 niños y niñas por armas de fuego, el año anterior ocurrieron 42 fallecimientos por esta causa y en 2022 la cifra llegó a 49.
Según Quesille, la Política Nacional de Seguridad Pública tiene estrategias adecuadas para enfrentar este fenómeno, pero todavía está pendiente de aprobarse y darle prioridad con sentido de urgencia.
El Gobierno debe hacerse cargo de la crisis de seguridad, pero no comenzar desde el mundo adulto y dejar lo que sobra para la infancia, dijo a Radio Universidad de Chile.
La semana próxima el funcionario se reunirá con la Subsecretaría para la Niñez y presentará un plan destinado a abordar el fallecimiento de menores por armas de fuego o en un contexto de violencia letal.
El Maipo/PL