Por Alejandro R.C.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva,, exigió este viernes una mayor contribución financiera a las grandes multinacionales y a los países más ricos para combatir la crisis climática, por ser los más contaminantes del planeta, en la segunda y última jornada de la cumbre de líderes de la COP30.y hacer justicia climática global.
Los mega millonarios generan más emisiones de carbono en 90 minutos que una persona ‘normal’ en toda su vida. Por primera vez se analizan las emisiones tanto del transporte de lujo como de las inversiones contaminantes de los mega millonarios. Si todas las personas del planeta generaran tantas emisiones como el 1% más rico, el presupuesto de carbono se acabaría en menos de cinco meses. En España, el 1% más rico emitió el 8% de las emisiones del consumo nacional entre 1990 y 2019.
Los países más vulnerables al calentamiento global lanzaron este viernes un nuevo grito de socorro al mundo desarrollado en pro de una financiación climática «justa», en el cierre de la cumbre de líderes de la COP30 de Belém.
La transición energética y la revisión del Acuerdo de París, del que se cumplen diez años, fueron los temas centrales de dos paneles de discusión, mientras continuaba la sesión plenaria con los discursos de los representantes de cada país.
Hoy un nutrido grupo de países pobres y en desarrollo se dirigió a un pleno que por momentos fue fantasmagórico, lleno de sillas vacías, en esta segunda y última jornada de la cumbre, antesala de la conferencia climática, que comenzará el lunes y se extenderá hasta el día 21.
El 1 % más rico: los dueños del dinero, del carbono y del destino del planeta
Varios de los ponentes fueron pequeños estados insulares, los que menos contaminan y más sufren los impactos de la emergencia climática, en forma de fenómenos meteorológicos extremos e inseguridad alimentaria., exigen la justicia climática global
El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, alertó de que la inacción está llevando a estas naciones «al borde de la extinción».
La canciller de Santo Tomé y Príncipe, Ilza Maria dos Santos, subrayó que «la vulnerabilidad puede transformarse en fuerza» si se garantiza la cooperación, la inversión y el respeto a los derechos territoriales.
«No pedimos caridad, pedimos una alianza justa y solidaria», declaró.
Al deseo de que se materialice la promesa de 1,3 billones de dólares anuales en financiación climática para los países en desarrollo, se sumaron también Perú, Sudán del Sur, Ruanda, Senegal y Sierra Leona, entre otros.
Por su parte, Maina Vakafua, ministro de Medio Ambiente de Tuvalu, una diminuta isla de Oceanía, encontró un culpable de la inacción del mundo rico: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, uno de los patrocinadores de la ola de negacionismo climático mundial.
Vakafua acusó al dirigente republicano, una de las grandes ausencias de esta cumbre, de desafiar los consensos científicos alcanzados en relación con el cambio climático: «Es una vergüenza para el resto del mundo».
Justicia climática: el clamor de los países más vulnerables en la COP30
Otros países mezclaron las reivindicaciones climáticas con sus propias crisis. Ese fue el caso de Venezuela, cuyo canciller Yván Gil criticó que «el imperialismo» no envíe barcos para «reparar los daños del cambio climático», sino para «asediar» y «saquear» el petróleo de su país.
Hizo así referencia a la intensa campaña militar que Estados Unidos ha desplegado en aguas del Caribe y el Pacífico, donde desde hace dos meses bombardea lanchas civiles supuestamente vinculadas con el narcotráfico, dejando por el momento unos 70 muertos.
«Un imperialismo voraz y hambriento de petróleo y recursos que, en lugar de corregirse para frenar el cambio climático, se ha vuelto más feroz e inhumano», dijo Gil, quien calificó de «farsa» y «nueva forma de dominación» la transición energética promovida por las potencias occidentales.
Lula, Sánchez y la doble cara de la transición energética
El presidente brasileño y anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió en una de las mesas de trabajo la necesidad de discutir un plan para abandonar de forma paulatina los combustibles fósiles.
El líder progresista responsabilizó a los grandes bancos y a la guerra de Ucrania, causante de la reapertura de minas de carbón, de fomentar aún más el uso del petróleo.
«Gastar en armas el doble de lo que destinamos a la acción climática es pavimentar el camino para el apocalipsis climático», sostuvo.
Con todo, Lula recibió, en vísperas de la COP30, duras críticas de las organizaciones ecologistas por respaldar la exploración petrolera cerca de la desembocadura del río Amazonas, una región de alto valor ecológico.
Dos líderes que también intervinieron este viernes fueron el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Friedrich Merz.
El dirigente socialista anunció una contribución añadida por parte de España de 45 millones de euros (unos 50 millones de dólares) para la lucha contra el cambio climático.
«El tiempo se nos agota. Actuemos juntos, en lugar de fallar por separado», reclamó.
En una rueda de prensa, Merz lamentó la ausencia de «países clave» en la cumbre, como Estados Unidos, que con Trump ha vuelto a retirarse del Acuerdo de París, el cual los negociadores intentarán revitalizar a partir de la próxima semana en la trigésima conferencia climática, la primera en la Amazonía.
El Maipo/ECOticias.



