Varios de los 45 ciudadanos chilenos que fueron deportados desde Estados Unidos aseguraron hoy que recibieron un tratamiento indigno por parte de las autoridades durante el proceso previo a su expulsión.
El grupo llegó al territorio nacional en las primeras horas de este viernes y fue recibido en el aeropuerto Arturo Merino Benítez, donde se verificó la identidad y situación legal de cada uno.
De acuerdo con el Ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, tres de ellos tenían antecedentes penales en Chile por diversas causas no relacionadas entre sí, y fueron detenidos para ponerlos a disposición de los tribunales.
El resto se reunieron con sus familiares que aguardaban en la instalación y conversaron con medios presentes allí, a quienes expusieron haber sufrido abusos durante y tras su captura por el servicio migratorio estadounidense.
Traslados arbitrarios a varias prisiones sin ninguna explicación, impedimento para comunicarse con sus familiares o hacinamiento de hasta 30 personas en una celda que es para nueve, sin cobijas ni colchonetas a bajas temperaturas, son algunas de las denuncias.
Agregaron que más allá de un asunto estrictamente migratorio, se trata de una cacería contra los latinos, independientemente de si tienen permiso de trabajo o están en proceso de regulación.
Consultado al respecto, el ministro Cordero señaló que estos casos deben verse con los servicios consulares chilenos en Estados Unidos, pues son los encargados de atender a los connacionales en ese país.
El Maipo/PL