El presidente Gabriel Boric rechazó hoy la violencia desatada en el estadio argentino de Avellaneda durante un partido de fútbol entre Universidad de Chile e Independiente, que derivó en la suspensión del choque.
Lo sucedido entre hinchas de ambos clubes está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización, aseguró el gobernante en un mensaje divulgado en su cuenta de X.
El choque debía determinar el pase a los octavos de final de la Copa Sudamericana, luego que los chilenos vencieron en el partido de ida a los transandinos por 1-0.
Al finalizar el primer tiempo, ambos conjuntos estaban igualados a un tanto, sin embargo, los desórdenes comenzaron en el graderío y desembocaron en enfrentamientos que derivaron en la suspensión del compromiso a pocos minutos de iniciada la etapa complementaria.
Los desmanes alcanzaron un ritmo desenfrenado ante la ausencia de la policía y la peor parte la comenzaron a llevar los aficionados chilenos, varios de los cuales fueron desnudados y golpeados por los locales.
En su mensaje, el presidente Boric afirmó que la justicia deberá determinar quiénes son los responsables y precisó que la prioridad de su Gobierno es conocer el estado de sus compatriotas que fueron agredidos y la situación de los detenidos.
La Conmebol, máxima autoridad en el fútbol sudamericano, decidió la suspensión del partido ante la falta de garantías de seguridad por parte del club y las autoridades locales.
Según Michael Clark, presidente de la corporación Azul Azul, propietaria del equipo de Universidad de Chile, la información no es clara por el momento, pero serán los organizadores del partido quienes tendrán que dar las explicaciones del caso.
El Maipo/PL