Diferentes partidos de izquierda, organizaciones sindicales y movimientos sociales recuerdan hoy el trágico fallecimiento de Luis Emilio Recabarren Serrano, uno de los impulsores del movimiento obrero sindical de Chile.
Nacido en Valparaíso un 6 de de julio de 1876, el tipógrafo autodidacta, se convierte a finales del siglo 19 y comienzos del siglo 20, en uno de los más influyentes pensadores marxistas y activista del incipiente movimiento obrero sindical chileno, el que ya en esas fechas comenzaba a perfilarse como una de las organizaciones que pronto adquiriría notable fuerza política en la sociedad chilena.
A temprana edad, a los 18 años, Recabarren, comienza a militar en el Partido Demócrata, primera organización política que se compone de obreros, comerciantes y artesanos, y que expresa abiertamente su disconformidad al enorme estado de desigualdad social de aquella época, y que el joven revolucionario deja plasmada en una carta escrita un 11 de marzo de 1898 dirigida al director del diario La Tarde, donde señala:
“Yo, señor director, y junto conmigo hay muchos que simpatizamos con el socialismo. Pero con el socialismo bien entendido. Pensamos en que pueden hacerse transformaciones sociales, en la igualdad humana, en la desaparición de las injusticias, en el alivio de las clases proletarias, en la nivelación relativa de las fortunas, en la disminución de las grandes riquezas que deben contraerse al desarrollo industrial y, en fin, de tantos otros medios que hay para igualar las condiciones reales, somos socialistas en este sentido y creo que no somos una amenaza para la humanidad, porque no somos como Olea1, destructores, porque no empuñamos el puñal para clavarlo en el corazón de nuestros padres, esposas o hijos, ni encendemos la tea para quemar sus cadáveres y después sus hogares. No. Eso no tiene nombre. No merece calificativos. Nosotros clamamos justicia. Nosotros pedimos instrucción para el pueblo, como medio de emancipación social. La instrucción general y obligatoria en el pueblo, traería, con el transcurso de los años, una transformación social en beneficios directos para el pueblo. El trabajo incesante para combatir la embriaguez y el juego, acarrearía magníficos resultados. La propaganda en este sentido es sana“
Más tarde, Recabarren, comprende de manera temprana que el arte, la cultura, la educación y las comunicaciones, son herramientas claves para que la clase obrera tome conciencia de clase, profundice en la organización y el desarrollo del movimiento obrero chileno, es así, que promovió e impulso el Teatro, junto a quien luego sería su segunda compañera, Teresa Flores, y otros militantes del Partido Obrero Socialista (POS) escribiendo obras como “Flores Rojas” “Los Vampiros” “Desdicha Obrera” “Redimida” entre otras, y en forma casi paralela, con un vigor e intensidad destacada el líder va generando medios de prensa como “La Democracia” de Santiago, luego en Tocopilla funda el diario “El Trabajo” junto a la Mancomunal de Obreros de Tocopilla, lugar donde finalmente es encarcelado junto a otros dirigentes de esta organización bajo los cargos de “subversivo”, y a pesar de ello, no deja de escribir desde la prisión sus columnas de opinión que fueron publicados en los escasos medios obreros de la época.
Finalizado el bullado proceso de la Mancomunal de Tocopilla, Recabarren, viaja hacia la cercana ciudad de Antofagasta a visitar organizaciones obreras del norte salitrero.
En este marco, el Partido Demócrata, lo proclama como su candidato a diputado por esa zona desarrollando su campaña bajo una ferviente agitación, enfocado en la educación y organización obrera, todo ello, bajo el contexto del inicio de la llamada gran huelga de Antofagasta la que desencadena el paro general.
Y es en el mitin de la Plaza Colón del 6 de febrero de esa ciudad, donde Recabarren, frente a unos tres mil obreros se convierte en su principal orador, pero que es interrumpido por las fuerzas represivas que asesinan a mansalva a cien obreros, según las cifras oficiales.
El pliego de demandas de aquella huelga, la que era convocada entre otras organizaciones por los caldereros del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia, era la extensión horaria del tiempo para su hora de almuerzo, demanda que es castigada con la muerte por guardias civiles que fueron apoyados por la marinería del Blanco Encalada, fuerza de represión dirigida por el coronel Sinforoso Ledesma y como responsable político, el aquel entonces Intendente de la plaza Daniel Santelices.
El 4 de marzo de ese año, es elegido como Diputado de la República Luis Emilio Recabarren Serrano, prestando juramento junto a Bonifacio Veas, ambos del Partido Demócrata, en la Cámara. Hecho que fue cuestionado por Recabarren, señalando sus observaciones a la exigencia de jurar “por Dios”, levantando la protesta de los representantes conservadores para días más tarde instalar una acusación de fraude que le arrebata la diputación.
Desde estos inicios de su vida política y social del país, Recabarren, logra atesorar un profundo conocimiento de la clase trabajadora, de la mujer y la organización obrera, saberes que luego acrecienta en sus diversos viajes por Europa y de la recién creada Unión Soviética.
Es así como, Luis Emilio Recabarren Serrano, se convierte en una las principales figuras del pensamiento político latinoamericano y de Chile, fundador del Partido Obrero Socialista (POS) y posteriormente del Partido Comunista de Chile (PCCH).
El Maipo