Un sueño hecho realidad rescata 47 años de memoria colectiva de un barrio que se construyó “a pulso” en San Bernardo
Después de años de anhelo, Villa Esmeralda de Nos logró concretar un proyecto que muchos dirigentes vecinales solo imaginan: documentar su propia historia en un libro y un documental, narrados en primera persona por quienes la vivieron.
La iniciativa nació del sueño persistente de Verónica Núñez, dirigenta de la Junta de Vecinos, quien buscaba dar voz e imagen a las tres o cuatro generaciones que han forjado este territorio desde fines de los años ’70. Gracias a un Fondo de Desarrollo Vecinal municipal (Fondeve), el proyecto se materializó, permitiendo la impresión del libro y la edición del documental audiovisual, señala Marcelo Mallea en el portal memoria viva
Lo que hace excepcional a estos trabajos es su carácter testimonial directo: son las propias familias fundadoras quienes relatan la historia de este rincón de Nos que, hasta ahora, no había sido documentado de manera rigurosa.
De hallazgos arqueológicos a villa organizada
La historia documentada revela tesoros invaluables: descubrimientos arqueológicos impresionantes que dieron paso al establecimiento de haciendas, fundos y productivas chacras, antesala del arribo de las primeras familias.
A mediados de los años ’80, la Cooperativa de Vivienda y Servicios Oraldo Rojas Ramírez comenzó a extender recibos de cuotas a sus socios por la compra de terrenos y servicios de arquitectura. En julio de ese año, adoptó el nombre que perdura hasta hoy: “Villa Esmeralda”, en honor a su abogada de apellido Esmeralda.
Un tejido social que permanece
Actualmente, la villa se distingue por su sólida organización comunitaria. Funcionan activamente el CAM Las Golondrinas, CAM Los Halcones de Nos, el Comité de Seguridad Villa Esmeralda, el CDS Mujeres en Acción y la Junta de Vecinos que lidera Núñez.
La identidad barrial sigue viva: los vecinos mantienen el saludo cotidiano, se encuentran en los almacenes de barrio y continúan eligiendo a sus reinas y “reyes feos” en celebraciones tradicionales.
Honrar a quienes construyeron “a pulso”
El aniversario de la villa es la ocasión perfecta para honrar a las familias fundadoras que levantaron sus casas desde cero, en un sitio sin calles, esquinas, árboles ni refugio seguro para pasar la noche.
“Necesitamos a los jóvenes, para que sigan con la tarea, para que Villa Esmeralda siga viviendo a futuro. Necesitamos manos que ayuden en agradecimiento al vecino, a la vecina, a todos esos vecinos que llegaron con una mochila llena de sueños, muchos que vivieron de allegados y no tenían dónde vivir, pero trabajando fueron juntando peso a peso, pudieron juntar su plata y tener su casa”, afirma Verónica Núñez.
La importancia de este proyecto radica precisamente en eso: que sean los propios vecinos y vecinas quienes cuenten la historia no oficial, aquella que no siempre aparece en las páginas de la historia de San Bernardo, pero que merece ser contada y recordada una y otra vez.
El Maipo
Imágenes: memoria digital



