(Bolonia, Italia) Italia avanzó hoy a las semifinales de la 113 edición de la Copa Davis al derrotar 2-0 a Austria en la cancha central del Bologna Fiere, en una jornada de varias emociones.
El ambiente en Bolonia parecía cargado de electricidad. Desde temprano, la afición italiana llegó con la motivación de que la historia podía repetirse: el sueño del tercer título consecutivo —y el cuarto en su palmarés— latía en cada bandera, en cada rostro expectante.
Matteo Berrettini, el “Zíngaro”, número 56 del mundo, dió el primer golpe quien al derrotar a Jurij Rodionov (160) por 6-3 y 7-6 (7/4). Su servicio fue un látigo: marcó siete aces, alcanzó una efectividad del 79 por ciento en el primer saque y concretó dos de tres oportunidades de quiebre.
La victoria tuvo un aire casi épico. Berrettini había sentido molestias en la espalda en el último entrenamiento; su presencia fue una especie de milagro deportivo. De haber faltado, tras las ausencias de Jannik Sinner y Lorenzo Musetti, Italia habría quedado herida antes de empezar. Pero entró, jugó y venció.
Luego llegó el turno del ascendente Flavio Cobolli, número 22 del ranking y campeón este año en Hamburgo. Con la serenidad de quien sabe que todo es posible, barrió a Filip Misolic (80) por 6-1 y 6-3.
El italiano sumó ocho puntos directos, logró 62 por ciento de efectividad en su primer servicio y aprovechó cuatro de cinco quiebres, sellando una actuación limpia y firme.
Con este triunfo, Italia se cita en semifinales con Bélgica, que ayer sorprendió al dejar fuera 2-0 a Francia, gracias a las victorias de Raphael Collignon y Zizou Bergs sobre Corentin Moutet y Arthur Rinderknech.
Mañana se disputarán los otros dos pases a semifinales: España-República Checa y Argentina-Alemania, duelos que prometen estremecer el tablero de la Davis.
Antes de los partidos, el público vivió un momento de profunda emoción. La ITF rindió homenaje al legendario croata Niki Pilic, fallecido el pasado 22 de septiembre a los 86 años.
El recibimiento a Novak Djokovic, invitado especial, levantó una ovación que retumbó en el Bologna Fiere. A su lado estuvieron figuras históricas como Boris Becker, Ivan Ljubicic y Viktor Troicki, en un tributo que unió generaciones y recordó la esencia más humana del tenis.
La Copa Davis, creada en 1900 y disputada por selecciones nacionales, volvió a demostrar hoy por qué es un torneo distinto: aquí no ganan los nombres, gana el país. Y en Bolonia, Italia volvió a sonar.
El Maipo/PL
