(Belém) Un análisis del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la Coalición Clima y Aire Limpio advierte que el mundo avanza demasiado lento en la reducción de metano.
El Informe sobre el Estado Mundial del Metano 2025 presentado en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP30) ofrece la evaluación más completa de este gas de potente efecto invernadero, las medidas políticas y el potencial de mitigación, y revela una ventana crítica de cinco años para acelerar la acción.
Basado en datos satelitales, el reporte del Pnuma demostró que si bien el mundo detecta fugas de metano a niveles sin precedentes, casi 90 por ciento aún no se abordan, lo cual pone en riesgo el objetivo de reducción de emisiones para 2030.
Responsable de un tercio del calentamiento actual, este gas alcanzó 352 millones de toneladas (Mt) en 2020 y los expertos proyectan un aumento a 369 Mt en 2030, impulsado principalmente por el crecimiento de la agricultura y la generación de residuos.
Esto alejaría el objetivo de reducir las emisiones de metano al menos 30 por ciento por debajo de los niveles de 2020 para 2030, un pilar del esfuerzo para mantener el límite de 1,5 grados de aumento de la temperatura global.
No obstante, hasta junio de 2025 el 65 por ciento de los países partes del Acuerdo de París incluyeron medidas sobre el metano en sus contribuciones determinadas, frente a solo 92 naciones antes de 2020.
Si esas contribuciones determinadas y los planes de acción nacionales sobre el metano se implementan, las emisiones mundiales de este gas alcanzarían su máximo esta década y disminuirían un ocho por ciento por debajo de los niveles de 2020 para 2030.
De acuerdo con el Pnuma, aunque esto marcaría la mayor disminución registrada de emisiones de metano, incluso es insuficiente para cumplir la meta de 2030.
El análisis subraya que más de 72 por ciento del potencial de reducción de metano a nivel mundial para 2030 reside en el sector energético, donde muchas soluciones ofrecen resultados casi inmediatos a bajo costo.
Las medidas incluyen detección y reparación de fugas, control de la ventilación y quema de gas, modernización de las redes de distribución y captura de metano procedente de operaciones de petróleo, gas y carbón.
Se prevé que las emisiones de metano, segundo mayor contribuyente al cambio climático después del dióxido de carbono, procedentes de los residuos aumenten 13 por ciento para 2030 con las políticas actuales, impulsadas por el crecimiento demográfico y económico.
Concluye el Pnuma que los sistemas de gestión de residuos de baja eficiencia, especialmente en regiones de rápida urbanización, son un desafío, pero la implementación de medidas podría reducir las emisiones en 13 millones de toneladas anuales a fines de década.
En la agricultura, responsable del 42 por ciento de las emisiones mundiales de metano, se identifica un potencial de reducción de 24 millones de toneladas para 2030 mediante medidas como aditivos para piensos, mejora de la cría de ganado, gestión del agua en el cultivo de arroz y prohibición de la quema de residuos agrícolas.
El Maipo/PL



