El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, buscará que su par chino, Xi Jinping, interceda en Estados Unidos para terminar con el conflicto en Ucrania. Tres expertos consultados por Sputnik valoraron la propuesta de Lula y el impacto que Pekín puede tener en el futuro diplomático y comercial global.
Este 26 de marzo, el mandatario brasileño viajará a China para reunirse con Xi Jinping y conversar, entre otros temas, sobre las negociaciones de paz en el conflicto ruso-ucraniano, ya que para Lula la solución debe también incluir a otros actores que están “directa o indirectamente” involucrados.
“Es necesario hablar de paz porque Estados Unidos y Europa no están hablando de paz”, aseguró Lula en una entrevista con el medio local TV 247 a tiempo de remarcar que es “un país extremadamente importante que puede tener una conversación más seria con Estados Unidos”.
“Lo que busca la propuesta de Lula, en la que ha venido trabajando desde que asumió su mandato, es que China, por la posición que tiene tanto en el Consejo de Seguridad y su influencia global a través del sistema de relaciones comerciales, pueda tener un lugar preponderante en lo que él ha denominado el Club de la Paz”, comentó a Sputnik el politólogo colombiano residente en Brasil Daniel Prieto.
En efecto, el mandatario brasileño ha insistido en la creación de un organismo internacional integrado por diversos países que tengan como objetivo negociar la paz entre Rusia y Ucrania.
Para Prieto, doctorando en Ciencias Sociales, China sería “el principal actor en esta mesa de negociación”, ya que “podría facilitar que otros países se vinculen, incluyendo el mismo Estados Unidos”. Además, dijo, el presidente brasileño también buscará que su país tenga una participación en ese mecanismo.
“Sin duda este esfuerzo para la consecución de ese Club de la Paz necesita del peso de una potencia mundial que forme parte del Consejo de Seguridad [de la ONU] y por eso el lugar de China va a ser fundamental para determinar si tiene viabilidad o no esa propuesta”, manifestó.
El comercio necesita un mundo pacífico
Prieto señaló que el intento de acercamiento de Brasil hacia China está enmarcado en la vigencia de los BRICS, bloque que aglutina a los Gobiernos de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En ese sentido, sostuvo que esa asociación comercial “es la base principal para entender las relaciones comerciales entre Asia y América Latina y el por qué Brasil visita China”.
A su vez, la política exterior que Xi Jinping ha impreso a China en los últimos años hace que para el país asiático sea clave “mantener una buena relación diplomática, comercial y de todo tipo” con los demás miembros de los BRICS.
Prieto advirtió que, de concretarse, la participación china en favor de la paz entre Rusia y Ucrania podría generar impactos en la economía global.
“Esa participación de China es importante porque puede reajustar nuevamente ciertas relaciones comerciales que se han visto perjudicadas durante el último año”, a causa del conflicto y las sanciones contra Rusia impuestas por Occidente, reflexionó.
El analista explicó que China no solo busca posicionarse en el área comercial, lo que ha sido su punta de lanza en la política exterior, sino también en términos de relaciones diplomáticas. “La agenda china es un péndulo entre lo comercial y lo diplomático”, apuntó. En esos dos campos, consideró, el vínculo con Rusia “es fundamental”.
En opinión de Prieto, China apuesta a ser un nuevo tipo de potencia mundial que también esté orientada a la resolución de conflictos armados. Su papel no estaría limitado a abogar por la paz en el conflicto ruso-ucraniano, sino que podría extenderse a diversos conflictos que afectan parte de la población en América Latina y el Caribe, así como en el continente africano y Medio Oriente, afirmó.
Brasil apuesta por un mayor alcance global
Impulsar la presencia de Brasil en el plano internacional ha sido una característica de los Gobiernos de Lula. Ya en sus anteriores mandatos (2003-2006 y 2007-2011), el líder del Partido de los Trabajadores había reclamado la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU para que nuevos países en desarrollo fueran integrados como miembros permanentes.
Tanto esa propuesta como la actual se encuentran bajo “esta misma lógica de incorporar a Brasil en el sistema de relaciones internacionales de alcance global”, aseguró Prieto.
Agregó que Lula intenta “romper el aislamiento internacional que, sostiene el Gobierno, fue consecuencia de la política exterior de Jair Bolsonaro (2019-2023), en busca de una reintegración regional”.
En esto coincidió también el politólogo argentino residente en Brasil, Andrés del Río. Consultado por Sputnik, aseguró que el viaje a China representa “el primer paso de reconstrucción de la vuelta de Brasil al escenario internacional como un actor de relevancia”.
Ambos analistas destacaron el impulso de las relaciones internacionales que ha hecho Brasil: mantuvo reuniones en el Mercosur con los líderes de los Gobiernos uruguayo y argentino, se reunió con el presidente estadounidense, Joe Biden, con el canciller alemán, Olaf Scholz, y con representantes del Parlamento Europeo.
“Ahora el nuevo movimiento es desplazarse hacia Asia, lo que implica la negociación con China y posiblemente una próxima reunión con Rusia”, añadió Prieto.
En diálogo con Sputnik, el politólogo brasileño, Clayton Mendonça Cunha Filho, descartó que la resolución del conflicto ruso-ucraniano sea la “principal preocupación de Lula” y apuntó a que el Gobierno tiene preocupaciones más internas. Para el experto, el país latinoamericano busca reforzar las asociaciones con China con el fin de atraer mayores inversiones de ese país.
Asimismo, opinó que si bien Lula aseguró que dialogará con Xi Jinping para mitigar el conflicto internacional, “la influencia de Brasil y sus capacidades todavía no son tan grandes para ese tipo de intervenciones”.
Según el brasileño, el Gobierno de Lula “está buscando jugar con las rivalidades entre esas grandes potencias para lograr beneficios concretos” para el país latinoamericano.
Mientras Prieto y Del Río entienden que los puentes de diálogo entre Brasil y China serán importantes para establecer un proceso de paz, Mendonça considera “muy difícil” que se concrete un organismo internacional con este fin.
“No es esta la intención ni de Ucrania ni de la mayoría de sus apoyadores occidentales, incluso muchos de ellos ven que una posible mesa de negociación sería algo que beneficiaría sobre todo a la parte rusa y por eso tienen recelos”, sostuvo.
Brasil y China reúnen casi 50 años de historia en sus relaciones diplomáticas. Además, el país asiático se ha consolidado como el mayor socio comercial de Brasil desde el año 2009.
Durante la visita del mandatario, que viajará acompañado de parlamentarios, ministros y 240 empresarios, se prevé que los Gobiernos dialoguen sobre desarrollo, tecnología, cambio climático, transición energética y la lucha contra el hambre. Además, se estima que ambas naciones firmarán 20 acuerdos conjuntos.
Por Camila Betancor Santana
Fuente: SPUTNIK