Por Julieta D.
La Unión Europea (UE) ha estado haciendo todo lo posible para poder acabar con el cambio climático y el calentamiento global. ¿Para eso qué quieren hacer? Acabar con las emisiones de dióxido de carbono y de gases de efecto invernadero y la idea es que todos los países se comprometan a hacer lo mismo.
Sin embargo, parece que España ha estado teniendo problemas para llevarlo a cabo por un tema de legal de carencias en su marco de regulación, lo cual podría estar afectando a la industria del país europeo.
La iniciativa de la Unión Europea para reducir las emisiones globales de CO2
Hay una tecnología pensada para mitigar las emisiones de CO2 de las industrias intensivas que generan este tipo de emisiones, esta tecnología se llama «CAUC» (por sus siglas en español; captura, utilización y almacenamiento de carbono) o «CCUS«, (por sus siglas en inglés; Carbon Capture, Use and Storage).
En este último tiempo, ha habido una gran insistencia por utilizar esta tecnología en todos los países para lograr alcanzar los objetivos impuestos por la Unión Europea, de la neutralidad climática para 2050.
Se ha investigado que en 2023 la capacidad de captura de las emisiones aumentó un 35%, y la de almacenamiento, un 70%. Aseguran que para 2030 se espera que la capacidad de captura sea de 435 millones de toneladas y la de almacenamiento de 615 millones.
El problema de España: ¿por qué se quedó atrás en la captura de dióxido de carbono?
Sin embargo, no todos los países están logrando cumplir con este objetivo ya que algunos han tenido algunos problemas. Tal es el caso de España, que carece de la reglamentación necesaria para varios aspectos. Únicamente se nombraron las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 de la descarbonización industrial, en el borrador de la actualización del PNIEC 2021-2030, enviado en junio de 2023 a la Comisión Europea.
Esta barrera legal es un problema ya que genera que los proyectos de España de CAUC no puedan acceder a todos los fondos que otorga la Comisión, programas como Innovation Fund, los Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI) o el Mecanismo Conectar Europa (CEF). Esto termina haciendo que España quede en desventaja para con la industria y además genera que muchos sectores que no puedan tener energías renovables sufran de la desindustrialización.
Cómo impacta el dióxido de carbono en el planeta
El dióxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y compuesto por oxígeno y carbono. Aunque suene como un gas más totalmente inofensivo, no lo es, ya que las emisiones de este tipo de gas son una de las primeras causas del calentamiento global.
Esto principalmente genera un aumento de la temperatura global, el derretimiento de los glaciares, la acidificación de los océanos y otros eventos climáticos extremos que cada vez son más frecuentes y peligrosos para el Planeta Tierra.
Actividades como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, hicieron que hayan aumentado los niveles de CO2 en la atmósfera a un ritmo muy alarmante. Es por esto que se insiste tanto con utilizar nuevos tipos de energías renovables, y es porque estas no producen emisiones de dióxido de carbono ni gases de efecto invernadero.
Es por esto que es muy importante que todos los países puedan adaptar este tipo de tecnologías de captación y almacenamiento de las emisiones de dióxido de carbono y de gases de efecto invernadero para que estas dejen de afectar el medio ambiente. Sobre todo se espera que el tema de los marcos regulatorios de los países no termine siendo un condicionante para poder llevar adelante este tipo de iniciativas con energías renovables. España asume su fracaso y esperamos que pronto trate de remediarlo.
El Maipo/Ecoticias